jueves, 16 de junio de 2011

Debo admitir.

Debo admitir que nunca pensé terminar así, todo así. Me duele, me lastima, me deprime. Ya no sé si extrañarte o amarte, tampoco sé si debo odiarte. Son muchos sentimientos que se me mezclan, me confundenEstoy segura de que nunca más quiero volver a equivocarme contigo, ya que tu no eres más que eso, una equivocación, pero a la vez, no paro de pensar en la falta que me haces, en lo mucho que te extraño, y las ganas que tengo de decírtelo. Y me pone peor guardarme todo esto, desde mi amor a mi odio, desde mis alegrías a mi dolor. Y no sé por qué tengo miedo, miedo a lo que pueda pasar después de decirte todo, expresar cada uno de mis pensamientos en palabras, en hechos. Me matan las ganas de hablar, de gritar, de darte a entender que esto me sobrepasa, me está matando. Pero por ahí, tu no ves que yo te amo, y que daría todo por olvidarme de ti, dejarte atrás, borrarte completamente de mi vida, ignorarte casi por instinto. Definitivamente, no hay nada que me gustaría más, pero sé que no puedo. Eres alguien muy importante en mi vida, y no te quiero hacer un lado, porque ya formas parte de mi, de mi vida, de mi mente, de mi corazón, de mi cuerpo, de mi piel, de mis sentimientos, de mi amor, de cada uno de los días que restan de mi vida.

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